sábado, 28 de junio de 2008

Conclusiones




- Si en un inicio Platón identifica el conocimiento racional (la razón y la ciencia misma) como obra de dos facultades intelectivas superiores (1. inteligencia, intelección o intuición intelectual y 2. razonamiento o conocimiento discursivo, o por inferencias), paulatinamente desde Aristóteles lo racional y científico va a ser identificado exclusivamente con el razonamiento o conocimiento por inferencias). Aristóteles colocará por encima de la ciencia o demostración al nous, única capaz de permitirnos alcanzar la sofía.
- En Aristóteles, la forma fundamental de la inferencia es el silogismo, esto es, la demostración o inferencia deductiva. Éste es el silogismo o inferencia “perfecto”, tanto en virtud de:
o La disposición de sus términos, especialmente del papel del término medio (o esencia) (figuras del silogismo)
o como en virtud de la naturaleza de sus premisas: apodícticas, indemostrables, primeras en sí, absolutamente cognoscibles por y en sí mismas, etc.
- El silogismo imperfecto o inductivo es llamado por Aristóteles también dialéctico. Sus conclusiones son probables –aunque verosímiles– no sólo por la disposición de sus términos y el papel cumplido en él por el término medio, sino porque sus premisas son verosímiles.
- Las premisas de una demostración –para no caer en peticiones de principio, regressus o círculos viciosos– no pueden ser a su vez demostrables. Tampoco pueden simplemente ser establecidas por inducción, pues las conclusiones de este tipo de inferencia son sólo probables; y las premisas de la demostración son absolutas. Aristóteles admite, sin embargo, que la inducción es útil y colabora en el proceso que paulatinamente lleva a la aprehensión de los principios de la demostración.
- Dichas premisas son establecidas por nous, nos dice Aristóteles. Esta facultad consiste en la aprehensión de la forma sustancial (esencia, sustancia segunda, causa formal), separada de la materia. La premisa mayor de la demostración es una ”proposición afirmativa universal,” una definición, que contiene el término medio esencial. Para extraer la forma sustancial de la sustancia individual (compuesto hilemórfico), separándola de su materia, se requiere todo un proceso que empieza con la percepción sensible (en la cual se halla la forma sustancial en potencia; al igual que el nous implícitamente o potencialmente está en la percepción sensible).
- La tradición filosófica occidental de tradición empirista ha atacado la primacía de la demostración deductiva sobre la inducción. La tradición filosófica occidental de tradición intelectualista o racionalista (especialmente matemáticos y lógicos) ha preferido a la primera. En ocasiones ha habido abuso especulativo del uso de la demostración en el campo de la metafísica.
- Aristóteles llegó a señalar con claridad las razones por las cuales un razonamiento de naturaleza inductiva no puede tener el valor de un conocimiento universal y necesario. En otras palabras, señaló por qué una inducción no puede ser “demostrativa” en cuanto tal.
- Aristóteles, asimismo, señaló que la demostración en cuanto tal es infalible, en cuanto procedimiento racional (en cuanto a la conexión entre premisas y conclusión). La dificultad –para la posteridad– siempre fue la determinación de las premisas (dificultad que el propio Aristóteles vio).
o En la historia de la filosofía, los filósofos de tendencia platónica consideran que la determinación de las premisas –para garantizar su universalidad y necesidad— debe ser puramente intelectual (por intuición intelectual) (Descartes)
o Los filósofos de tendencia aristotélica, o más empirista, sostenían que en la determinación de las premisas también podía recurrirse a la experiencia sensible (de dónde se podría “extraer” la esencia o forma sustancial).
- Ambas tradiciones comparten la creencia en la superioridad de una facultad capaz de acceder a la esencia (nous, noesis), por sobre la facultad racional de inferir.
- Contra las críticas de las tradiciones más escépticas, la propia tradición platónico-aristotélica dio las pautas a la posteridad para abordar las premisas de la demostración como suposiciones (asunciones) que, “una vez que se asumen”, se puede extraer de ellas necesariamente ciertas conclusiones.

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