lunes, 19 de abril de 2010

Hobbes y Bagua

Todos hemos podido ser testigos de los sucesos que se dieron en Bagua este 5 de junio, hemos visto con indignación y temor cómo se ha abordado el tema desde el Estado. Hemos visto también a los protagonistas, por un lado una mayoría democrática que soportaba y le daba bases sólidas al Estado, por otro una minoría que reclamaba por el espacio geográfico que ocupa, aquel espacio de cual ahora el Estado quiere disponer.

Había una contraposición de dos grupos, uno avalado por el sistema político, y otro que se manifestaba a través de la violencia por ser el único recurso mediante el cual se podía dar a conocer. Acaso podíamos ver este suceso mediante lo que Hobbes indica como la guerra de todos contra todos, siendo aquella la característica más humana. Lo que se querrá mostrar aquí es cómo podemos analogar ciertos conceptos de la teoría política de Hobbes para el caso de Bagua, y cómo podemos describir dicho suceso mediante lo que Hobbes indica con su Leviatán.

Para empezar es válida hacer una referencia a lo que Hobbes va entendiendo como la esencia humana, para él le hombre es “por naturaleza un ser de una insociable sociabilidad#”. Cuando Hobbes empieza a describir al hombre lo toma en su esencia más íntima, y ahí encuentra que el hombre es por naturaleza violento, es decir, se encuentra en un estado natural de guerra de todos contra todos#.

En ese estado natural del que nos habla, no es posible una convivencia, ya que este nivel básico del hombre le impide socializar, no obstante, aquí aparece el Estado, ya que el Estado se forma a partir de la condición primera que pone Hobbes para la convivencia: la paz.
La paz se adquiere cuando todos -como voluntades individuales- depositamos nuestra voluntad en una sola, aquella que representa el Estado, o en el caso de Hobbes, el Leviatán. Entonces el Estado se nos presenta cuando depositamos voluntades individuales en una sola, aquella que se presenta en el soberano, o el que conduce el esquema global del Estado.
No obstante aquí podemos hacer una reflexión sobre lo que indica Hobbes, ya que nos dice que fuera del Estado civil hay siempre guerra de todos contra todos#. Para el caso que nos toca ver aquí, parece que se repite dicha idea, ya que los pueblos amazónicos que se han manifestado mediante la violencia, lo han hecho por no pertenecer, o no sentirse pertenecientes al Estado, por eso se encuentran al margen, un margen en el que no podemos apreciar esa protección que el Estado ha debido garantizar.

Un ingrediente que no podemos perder de vista es el siguiente, cuando se ha eliminado cualquier tipo de comunicación y diálogo cuando no hay oídos para los reclamos, aparece la violencia, aquella que hemos apreciado en las masacres, tanto por parte del Estado como de las comunidades, el bloqueo de carreteras, etc. Ya que cuando el diálogo cesa, aparece la violencia.

Sigamos con la descripción, en primer lugar, hay que hacer una disyunción entre un Estado geográfico y un Estado social. Esa distinción es válida para entender que la región geográfica de un Estado no incluye necesariamente a las pequeñas minorías sociales que se encuentran lejos del Estado central, en analogía podemos ver esto como si el Estado fuese un fuego que ilumina y da calor a su espacio geográfico, pero mientras más lejos se esté del centro, menor es la luz y calor que se recibe. En ese sentido, los pueblos que se encuentran lejos del Estado central, no son tomados de la misma manera, ya que están lejos, y la mirada de este Leviatán, no distingue hacia afuera.

Lo que se debe entender hasta aquí, es que esta forma de Estado en donde las voluntades individuales se canjean por una estabilidad política, (en la forma que nos presenta Hobbes) no distingue rasgos geográficos, étnicos y mucho menos a minorías; es por eso que cuando una minoría no se siente presente en el esquema global del Estado, y no es escuchada (recuérdese aquí la distinción inicial del hombre político de Aristóteles siendo acción y razón, es decir: palabra y capacidad para el diálogo) si es que no hay comunicación, o peor aún, no hay oídos a lo que se tiene que decir, es ahí donde aparece la violencia, que es el último recurso, para llegar a ser escuchados por este Leviatán. O recuérdese también que todo lo que Hobbes va ir indicando es para evitar el estado natural de violencia de todos contra todos, pero se regresaría a ese esquema, si es que se rompe con el Estado, y se rompe con el Estado cuando no hay presencia de Él. Por eso vemos que los reclamos de las minorías indígenas de presentan desde fuera del Estado, no hay pues una presencia y una voz directa de ellos dentro del Estado, porque tanto hoy como en el pasado, no han sido los protagonistas. Reflexionemos entonces desde el punto de vista de un 5 de junio, que solo indico la explosión de un suceso que ha tenido una mecha que ha sido siempre invisible tanto para el Estado, como para los que pertenecemos a la mayoría vigente.


Aquí recapitulando lo dicho podemos ver que el Estado aparece como la forma de lograr lo que para Hobbes es la primera condición de convivencia común entre los hombres: la paz. Se trata entonces de eliminar las voluntades individuales, para así conseguir una voluntad común, aquella que se representa a través del Leviatán, a la manera de un monstruo de traza bíblica, en donde todos hemos dejado nuestra voluntad para ser, en este caso, representados políticamente. Pero esto sucede a condición de quedar dentro del Estado, y de esta manera pertenecer a él, y que nos brinde la protección que deseamos. No obstante, ¿qué sucede si este Estado ejerce un poder centrado en la mayorías, qué sucede luego con las minorías?

Se veía líneas arriba que, una minoría que no es escuchada y no participa del diálogo con el Estado, no puede manifestarse de otra manera que la protesta y la violencia, porque ahí donde termina el diálogo empieza la violencia, es como la mano que cansada de estar alzada tiene que alzar la voz de protesta para darse a conocer. Más aún, se veía también que, el Estado funciona como el velo que protege a los que se encuentran dentro de Él, sin embargo, si uno se muestra como no incluido en este Estado, reaparece lo que Hobbes denomina como estado natural, ya que no hay ninguna legalidad que lo proteja, y si no hay ley aparece el hombre en ese estado latente de guerra. Se había visto también que uno va a canjear una voluntad individual por paz y protección por parte del Estado, ya que se ha abandonado al estado natural de guerra, porque en dicho estado natural, no podría vivir, sería el hombre como el lobo del hombre.

Una analogía parece que se ha dibujado con los sucesos recientes en Bagua, o por lo menos algunos ingredientes: Un Estado que se presenta como autoritario, una minoría que no es escuchada y se encuentra al margen del Estado, y finalmente, la violencia como la manera más inmediata de hacerse sentir.

No obstante, dentro de la características que se han ido presentando, una debe llamarnos la atención, más aún para un caso como el que se quiere exponer. Me refiero a la marginalidad de las comunidades indígenas, ya que ellos están al margen, no están dentro del esquema político del Estado, siempre han sido vistos como los otros. Entones, si ellos no se han alineado con el Estado, es obvio que este Estado no tenga ojos para ellos, y mucho menos para sus intereses y problemas. Por eso aquí aparecía una disyunción entre lo político como orden geográfico y lo político como orden social. El Estado no solo es un espacio geográfico, es a la vez un ordenamiento social que debe tomar a todos sus ciudadanos como iguales, tanto en sus necesidades como reclamos. Sin embargo, en lo que hemos apreciado con el tema de Bagua, ha sido todo lo contrario, se ha tomado el orden estatal sólo como espacio geográfico, sin tomar en cuenta quiénes ocupan ese espacio. Es como si el Estado fuera un arrendatario del territorio, y a penas encuentre un mejor postor para ese territorio, los que están ahí habitando saldrían como si de un alquiler se tratase.

¿Podríamos decir hasta aquí que la violencia de dicho suceso está justificada?, ¿acaso al romperse el diálogo el único medio para hacerse escuchar es la violencia?, pues bien hasta aquí deberíamos tener en cuenta los siguiente: Una parte que se excluye o se ve a sí misma excluida del esquema global del Estado, pasa a estar al margen, y cuando se ubica o se la ubica al margen del Estado, es lógico que caiga dentro de lo que Hobbes indica como el estado natural de violencia, ya que no hay ningún Estado que garantice la paz, y mucho menos una legalidad. Es por esto, que las comunidades indígenas están más a la par con la violencia, ya que no sienten la presencia del Estado, y mucho menos la noción de justicia. Pues bien, ante la ausencia de justicia y del gobierno es lógico que sus reclamos vayan más por la vía rápida de la violencia, ya que no tienen otro medio de comunicación, un Estado que nunca prestó oídos a los problemas de esas minorías, es en sí mismo el provocador de tales respuestas.

No con ánimos de alama, debemos resaltar la ausencia política en la minorías, y cómo ellas mismas, sin contar con otro medio de manifestación, recurren a la violencia. Eso sucede siempre con los olvidados, los que no son los que deciden la dirección del gobierno, por ser siempre unos cuantos, no la gran mayoría. No olvidemos también que un fenómeno similar de formó durante la década de violencia que asoló todo el sur; porque es cierto que si no hay una inclusión dentro del sistema político, y se deja al margen a pequeñas minorías, sobre ellas empieza a ejercerse una nueva forma “legal” que siempre toma la vía de la violencia y la fuerza por ser lo más mediato. Juega un paralelo también interesante, el carácter estatal como aquel que poco a poco va quitando el suelo común a las minorías, me refiero a que las políticas de estado, tanto al nivel educativo, social, cultural, etc., provocan que poco a poco las minorías se queden sin su identidad, por ejemplo, podemos referir el caso puntual del lenguaje, la educación básica regular está orientada a agruparnos a todos bajo un lenguaje común, no se imparte la misma educación, por ejemplo en textos escolares que se desarrollen en dialectos amazónicos. Por otro lado, el sistema legal no se presenta para ellos en sus lenguas nativas, entonces lo que se hace mediante esos detalles tan pequeños es ir quitando poco a poco la identidad de su cultura, y esa es una forma más de ir poniéndolos al margen.

Entonces el problema se nos presenta a la vez como una mecha que poco a poco ha ido corriendo hasta que finalmente ha explotado, así como sucedió un 5 de junio; no obstante, ha tenido detrás todo un desarrollo en el tiempo, un marginalización paulatina, no ha sido un suceso que se haya dado de un día para otro.
Todo esto finalmente desemboca en la violencia, y dentro de la violencia no se puede tener un juicio seguro sobre su destino, porque sobre ella no hay un conocimiento seguro, ella misma toma su camino y su desarrollo. Pero la violencia no es así el fin al que se esté apunando, ella es un medio, y este es el único medio. Como medio de protesta y reclamo, porque es la única voz que ellos pueden alzar.

Así podemos cerciorarnos de lo complejo del problema: (1) Una parte de nuestro territorio ha sido siempre relegada por el Estado, (2) Al estar relegada ha salido de la vista, sus problemas y reclamos no eran una prioridad (3) el Estado quiso disponer del territorio que dichas minorías ocupan (4) no hubo un diálogo, y finalmente (5) en la ausencia de diálogo aparece la violencia. La violencia es un fenómeno con leyes y reglas propias, nunca lógicas, ahí lo complejo del problema y su conclusión. Por eso la tensión manifiesta, un Estado que quiere garantizar la paz y la seguridad social, pero por otro lado, una parte de ese mismo Estado que no sintoniza con las ideas del Estado gobernante. ¿Es acaso hasta aquí un problema de minorías y mayorías políticas? A primera vista sí, sin embargo debemos resaltar algunas posibles pautas a la manera de solución. Pues bien, un Estado ausente de los problemas de sus ciudadanos puede caer en un círculo vicioso, porque mientras menos los escucha ellos pueden ir levantando más la voz para ser escuchados. Un Estado que no se preocupe por la inclusión de sus ciudadanos también está pecando de no establecer la justicia como equidad, siendo ese principio el más básico al hablar de justicia, o a la manera kantiana de que sea el hombre un fin en sí mismo, nunca un medio; así podríamos apartar todo agregado externo, de raza, lengua, etnia, etc., y todos se presentan o se presentarían iguales ante la ley, por lo menos con un nombre, no como una cifra estadística. A la vez, es necesario que el Estado proteja y dé seguridad al territorio que ocupan sus ciudadanos, no obstante, ese territorio no es solo del Estado, hay personas que lo habitan, no se puede expulsar a sus habitantes por un simple negocio estatal.

Lo más cercano a lo que se ha querido desarrollar en este breve ensayo es la postura hobbesiana, ya que un Estado a la manera del Leviatán sólo puede desencadenar en un reclamo violento de las minorías no incluidas dentro de dicho Leviatán. ¿Acaso esta democracia esconde detrás cierta cuota de autoritarismo? Pues si se sigue relegando más a las minorías parece que sí, pero mientras todos estén de igual manera incluidos, puede darse solución a esa brecha.
Por eso al comienzo era útil traer a reflexión conceptos de la teoría política de Hobbes, y ver cómo desde aquellos podíamos reconocer ciertas analogías con el caso puntual de la violencia que se ha desatado en Bagua.

También se había dicho que el hombre no sólo es acción política, en sí mismo posee la capacidad de diálogo, por eso la violencia debe ser evitada a toda costa mediante el diálogo, porque cuando se llega a la violencia, ya no encontramos una directriz lógica, porque ella misma lleva sus propias reglas y pautas, que son siempre impredecibles. Por eso se hacía al final una recapitulación y se resaltaban las posibles causas, y en paralelo las posibles consecuencias de una política de tipo autoritaria, más aún cuando dejamos nuestra voluntad individual, y la entregamos al Estado, y siendo este Estado el que decida por nosotros, y relegándonos cada vez más porque su poder no se desvirtúa por una minoría, que en sí misma es también una voz que debe ser escuchada.
Finalmente una reflexión que se puede hacer desde el plano legal y jurídico, es que en principio el hombre siempre debe ser tomado como un fin, nunca como un medio, esa debe ser la premisa principal para todo marco político, porque ese es un principio, tal vez lo sucedido en Bagua pueda resaltar lo que sucede cuando las minorías son medios, como medios siempre se quiere sacar provechos de ellos, no obstante ellos también pueden reclamar sus derechos, pero al estar al margen de la legalidad, o al no ser reconocidos, el único medio que tienen para hacerse escuchar es la violencia. Por eso aquel principio debe ser resguardado, y como principio debe ser para todos accesible, a la manera de lo que indica Kant, siendo el hombre un fin nunca un medio.













A propósito de Hobbes CREANDO MONSTRUOS




“Nada hay en la tierra que le sea comparable
ha sido creado para no temer a nada ni a nadie;
todo lo encumbrado lo mira desde arriba,
y es el rey de los hijos del orgullo” (Job: 41)


Aquella cita hace referencia al libro de Job, donde se describe a esta criatura llamada Leviatán, que es el más grande y poderoso de los monstruos; ¿por qué habría de comparar o hacer analogía de este ser bíblico con el Estado? Esta pregunta se irá dilucidando mientras continúe la exposición, pero antes me parece necesario comentar algunos aspectos relevantes de la vida de Thomas Hobbes (1588 – 1679), este pensador inglés no sólo es moderno por la época en la que vivió, sino también porque su pensamiento está en clara ruptura con el precedente, de ahí que su teoría política se refiera al individuo, y éste como ser aislado, y que, por necesidad de asociación verá a bien reunirse en sociedad, pero de este punto me ocuparé luego. También él como pensador moderno está en clara sintonía con el pensamiento de su época ensayando también una propia postura epistemológica como es el caso de sus obras iniciales: Elemtuorum Philosophiae (Elementos de Filosofía) cuya primera parte es De Corpore#(1655). Donde “la filosofía es el conocimiento adquirido por recto raciocinio de los efectos y fenómenos a partir del conocimiento de sus causas o generaciones; y, a la inversa, de las generaciones que pueden darse, a partir del conocimiento de efectos”# asegurando de esta manera que al conocer los efectos y las causas de los sucesos uno pueda de alguna manera tener provecho de las cosas; “conocidos los efectos por la aplicación de unos cuerpos a otros, se produzcan efectos semejantes en cuanto lo permite el poder de los hombres y la materia, para utilidad de la vida humana…”# llegando de una manera a poner de trasfondo una manera útil en el pensamiento para provecho del hombre, más adelante dirá que “la ciencia es por el poder”# a la manera de Bacon y la utilidad de la filosofía. Siguiendo un poco más con la presentación de este aspecto de su pensamiento vemos que los objetos no son más que composición de ideas, como por ejemplo el hombre en tanto objeto, que es la mezcla de las ideas de cuerpo, animado y racional “cuando (se) concibe a todo objeto como completamente uno y distintamente visto, aquella idea resulta un compuesto de las precedentes, y de ese modo compone el espíritu las ideas supradichas por el mismo orden con que se componen en el lenguaje estos tres nombres: cuerpo animado racional: hombre. De manera semejante, de los conceptos de cuadrilátero, equilátero y rectángulo se compone el concepto de cuadrado”#. También presenta una división de la filosofía: Filosofía natural, que trata de las causas y efectos de las cosas; y Filosofía de la sociedad civil, que trata de la vida humana, de sus pactos y convenciones; subdividiéndose en ética y política. Hasta el momento Hobbes no ha presentado algo completamente relevante para su tiempo, sin embargo sus reflexiones giran en torno del tema social y político como veremos más adelante.

Antes de seguir recolectando aspectos de su pensamiento quiero hacer un breve paréntesis para agregar algunos aspectos de su vida; él nace en Inglaterra durante las constantes amenazas de invasión de la corona española, por eso anota en su autobiografía “el día que nací, mi madre dio a luz gemelos: a mi y al miedo” siendo este estado de alerta y combativo constantes, los que influenciaron luego en su pensamiento político. Otro aspecto relevante es que su educación estuvo bajo los últimos influjos escolásticos, no obstante tuvo mayor interés por los nuevos pensadores de la época (Kepler, Galileo, etc.), siendo incluso admirador de aquellos, además conoció personalmente en uno de sus viajes a Galileo en Florencia. Ligado también a la vida política, ya que fue preceptor de algunos condes, lo que le permitió viajar y conocer un poco más, no obstante discrepó con el clero ya que algunas de sus ideas provocaron su exilio y estuvo por esa razón más de 10 años en Francia#, fue también secretario de Bacon, mantuvo correspondencia con Mersenne, tuvo interés por la filosofía de Gassendi y pudo conocer a Descartes en su estancia en Francia. Estos aspectos además de su profundo interés por los escritores clásicos (Tradujo obras de Eurípides, Tucídides, Homero, etc.) y cabe resaltar que vivió más de 90 años lo que ya es suficiente para poder tener una visión global del hombre, y más que todo como él lo interpreta.

Todos estos aspectos se mezclan dando como resultado un pensamiento más preocupado por el hombre en tanto ente social, además que su vida plagada de las más variadas vivencias y sinsabores influyen claramente en su teoría política; considerado el iniciador de la filosofía política.

Luego de una Breve presentación de este personaje veamos un poco acerca de lo que trata su pensamiento.

1. HOBBES Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO

Hobbes apunta sus reflexiones hacia la política donde el hombre es el protagonista, quizás el único. Creo aquí conveniente diferenciar el primer significado de política y lo que Hobbes entiende por política. Política debe su raíz a la palabra polis en griego, además de seguir una larga tradición desde los tratados políticos de Aristóteles siendo para él el hombre un Zoon Politikón y un animal social, sin embargo estas primeras definiciones serán rebatidas por Hobbes, incluso para él el hombre deja de ser también un ser racional “por naturaleza el hombre es un ser de una insociable sociabilidad”#.
Aísla al hombre Hobbes y lo retrae a su condición natural quedando el hombre en dicho estado como asocial, apolítico y enemigo de vivir en sociedad; es así que en esta condición cada hombre manda sobre sí mismo soberanamente ius omnium in omnia (derecho de todos a todo). Siendo de está manera contrario a la teoría aristotélica, quedando el hombre ni como animal político y mucho menos racional, sino un ente guiado por sus pasiones antes que por su razón. Por eso aísla al hombre y lo va separando de todos los agregados de su personalidad hasta quedarse con el hombre en su condición natural de una manera analítica, por eso él trata de “desarmar y armar parte por parte para entender su funcionamiento”#. Quedando así un espacio político puro como el vacío que proponía Galileo. Este hombre en estado natural es el punto de partida para el pensamiento político de Hobbes. Este inicio con el hombre en cuanto tal, guiado por sus pasiones, convierte al hombre antes que en un ser racional en un ser irracional guiado por sus pasiones antes que por su razón, convirtiendo de esta manera al hombre en un lobo para el hombre: homo homini lupus, sin embargo en el lobo existe aunque sea un mínimo de solidaridad, quedando el hombre hombre para el hombre homo homini homo. De esta condición chocante empieza a esclarecer tres principios por los que el hombre se regirá en este condición de naturaleza: el temor, que se traduce en temor a la muerte timor mortis ya que el hombre es asesino potencial del otro; la desconfianza ya que ninguna garantía existe en este estado primigenio y finalmente la competencia dado que en esta condición todos tienen derecho a todo, de ahí que se traduzca en una competencia inmanente superbia vitae. De ahí que la pasión fundamental sea la conservación de sí mismo y finalmente todo derive en un estado latente de guerra de todos contra todos bellum omnium contra omnes.

Hasta aquí hemos seguido de cerca la parte analítica de la condición humana para Hobbes, pero esta le sirve para iniciar la parte compositiva de su teoría (síntesis). Luego de este estado inicial bélico, parte el hombre hacia la asociación, siendo de esta manera el miedo el que permite una asociación para hacer frente a un enemigo común que en este caso es el hombre mismo. A la manera cartesiana del cogito, Hobbes propone la idea del temor timeo ergo sum, ya que en dicho estado natural todos los hombres tienen derecho a todo, de esta manera los deseos y pasiones no hacen si no agravar esta condición, además de que el hombre se guié sólo por aquellos. De ahí que una libre asociación no hace más que conservarnos de esa lamentable condición. En esta asociación primigenia aparecen para Hobbes las leyes naturales siendo la primera la paz.

Hasta aquí se han revisado algunos aspectos importantes que me permitirán entrar ya en la obra más importante de Hobbes al respecto. El Leviatán.


2. EL MONSTRUO INFINITO

A la manera del monstruo bíblico del libro de Job, aparece el Leviatán de Hobbes, sin embargo este personaje para él es un conglomerado de hombres todos en iguales condiciones, que hacen o recrean a este ser gigantesco convirtiéndolo en un ser animado cuya alma es la soberanía y es presentado como un organismo vivo. Con ojos, oídos, y todos los elementos propios de un hombre, y claro cada uno con una propia función (será útil entonces la analogía con un organismo vivo más adelante).

Como se veía líneas arriba, se parte del hombre en iguales condiciones, luego por un miedo común hay una asociación, pero se necesita de un organismo que finalmente garantice el cumplimiento de los acuerdos. Es decir que de las leyes naturales de derive a un derecho natural, porque “fuera de la sociedad civil uno goza de una libertad completa, fuera de la sociedad uno tiene derecho sobre todas las cosas, aunque no pueda gozar de ninguna, pero en la república cada uno goza tranquilamente de su derecho particular “#

Es decir se trata de trasladar los derechos propios al otro, a fin de encontrar un bien común, porque mientras vive solo no hay problema, pero si vive en sociedad está obligado a seguir el parecer del otro según los pactos que ha contraído.

Se trata de juntar voluntades individuales a una común, porque cada voluntad individual funciona como una célula en toda organización civil, de ahí que el propósito sea una eficiencia más que una rectitud de los principios; no es un Estado paradisíaco como el de los relatos bíblicos, sino es un Estado creado y sostenido por el derecho, y que, finalmente funcione.

Veamos ahora a qué se refiere el derecho natural de Hobbes, y cuál es su diferencia con las leyes naturales.
“Derecho natural (jus naturale) es la libertad que cada hombre tiene de usar su propio poder como quiera, para la conservación de su propia naturaleza, es decir, de su propia vida; y por consiguiente, para hacer todo aquello que su propio juicio y razón considere como los medios más aptos para lograr ese fin”#

Y la ley natural (lex natuaralis)

“es un precepto o norma general, establecida por la razón, en virtud de la cual se prohíbe a un hombre hacer lo que puede destruir su vida o privarle de los medios de conservarla; o bien, omitir aquello mediante lo cual piensa que pueda quedar su vida mejor preservada”#

Luego él diferencia tanto jus como lex “derecho consiste en la libertad de hacer o de omitir, mientras que la ley determina y obliga a una de esas dos cosas. Así la ley y el derecho difieren tanto como la obligación y la libertad, que son incompatibles cuando se refieren a una misma materia”# ya haciendo esta diferenciación regresamos a como se había definido al hombre en estado natural como homo homini lupus y en estado total de guerra bellum omnium contra omnes, no obstante de ahí parte un precepto de la razón para la conservación del hombrea la que Hobbes llama “ley fundamental de la naturaleza”.

“cada hombre debe esforzarse por la paz, mientras tiene la esperanza de lograrla; y cuando no puede obtenerla, debe buscar y utilizar todas la ayudas y ventajas de la guerra”#

Quedando así establecida la primera ley natural “buscar la paz y seguirla” ya que en un estado natural bélico no es posible ningún progreso, de ahí que la paz es el primer paso que garantiza la evolución del hombre. La segunda ley fundamental dice:

“que uno acceda, si los demás consienten también, y mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo, a renunciar este derecho a todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad, frente a los demás hombres, que les sea concedida a los demás con respecto a el mismo”#

Es decir trasladar los derechos propios a un derecho común compartido, como en el evangelio dice Hobbes “lo que pretendáis que los demás os hagan a vosotros, hacedlo vosotros a ellos”.

Sigamos de cerca este capitulo (Leviatán Cáp. XIV) en el cual se encuentran las principales definiciones de lo que Hobbes propone: RENUNCIAR a un derecho a cierta cosa es despojarse a sí mismo de la libertad (ausencia de impedimentos exteriores) de impedir a otro el beneficio del propio derecho a la cosa en cuestión, ya que todos tiene derecho a todo por su misma condición natural; por SIMPLE RENUNCIA cuando el cedente no se preocupa sobre la persona beneficiada por su renuncia, o por TRANSFERENCIA cuando se desea que el beneficio recaiga sobre una o varias personas determinadas, el DEBER (del que ha renunciado) es no impedir que su voluntad anule dicho acto y si el impedimento se hace factible recae en INJUSTICIA que es entendida como una contradicción. Y lo único que asegura el cumplimiento es el temor de alguna mala consecuencia que resulte de aquella ruptura. La TRANSFERENCIA mutua de derechos entre hombres se llama CONTRATO, y se le llama PACTO cuando dicha transferencia convenida, es factible luego de transcurrido un tiempo determinado, durante el cual uno de aquellos (el no beneficiado) confía en el otro para que luego reciba lo PACTADO; cuando algo es dado sin recibir nada por la transferencia se llama donación; MERECIMIENTO es cuando el que cumple primero el contrato merece lo que ha de recibir en virtud del cumplimiento del contrato.

Hasta aquí de manera somera he podido traer algunas definiciones, no obstante creo que no es necesario detallar más al respecto. Sigo con esta mirada ligera hasta llegar a las demás leyes fundamentales -19 en total- rescatando algunas de las más importantes:
Tercera. Que los hombres cumplan los pactos que han celebrado; Quinta: que cada uno se esfuerce por acomodarse a los demás; Novena: que cada uno reconozca a los demás como iguales suyos por naturaleza. Que finalmente todas se pueden resumir en la fórmula “no hagas a otro lo que no quisieras que te hicieran a ti”.

Habiendo rescatado las más resaltantes leyes a juicio propio, me remito a seguir examinando lo que Hobbes nos tiene entre manos. De estos presupuestos básicos se parte hacia la idea de Estado, que sin embargo no hace más que garantizar el cumplimiento expreso de las leyes, ya que una multitud unida en una persona es el Estado, es decir que no es más que una persona pero en sentido macro, por eso como se decía líneas arriba que siendo un organismo vivo compuesto por hombres, cada hombre en este organismo cumple una función, y al igual que un organismo, si alguna de las partes de las que se compone funciona mal decae en enfermedad, siendo para Hobbes la más terrible la guerra civil. Pero aparte de ser un organismo macro garantiza a sus partes (hombres) defensa ante enemigos exteriores, la conservación de la paz interna, la abundancia en cuanto es compatible con la seguridad pública, el disfrute de una libertad inofensiva. Pero para esto es necesario transferir todo el poder a una persona que funcione como representante de las demás, es así como revisando entre los tres tipos de gobierno (aristocracia, democracia y monarquía) finalmente él se deriva hacia la monarquía hereditaria, “hay la que es hereditaria en algunas familias, y la que se contenta con la elección de sus magistrados, y deja las deliberaciones a un pequeño número de personas capaces. En una palabra: que la que se aproxima más a la monarquía o se aleja más del gobierno popular es los mejor de todas” # luego acusado por esto de absolutista.
No contando con tiempo suficiente en esta exposición para poder detallar más, finalizo con unas conclusiones acerca del tema.


3. CONCLUSIONES

El Leviatán es un monstruo de traza bíblica, integrado por seres humanos, dotado de una vida cuyo origen brota de la razón humana, pero que bajo la presión de los acontecimientos, circunstancias y necesidades decae por las pasiones e impulsos en alguna guerra civil, y en la desintegración que es finalmente la muerte de este organismo vivo; demostrándose así que las pasiones ejercen una mayor fuerza que la razón, porque a diferencia de Platón, quien creía que el conocimiento del bien asegura su ejecución, Hobbes define más que todo al hombre como pasional, ya que la pasión es más fuerte que la razón a la hora de actuar. De ahí que para él la moral no sea más que un autocontrol, antes que un fundamento.
El caos del hombre necesita de un poder político, porque de alguna manera obliga al orden y a la preservación la propia vida, y aquí creo conveniente poner el ejemplo que leía en uno de los ensayos sobre Hobbes, y se trata de una narración de Sexto Empírico donde nos dice que a la muerte del Rey persa se dejaba a sus súbditos sin leyes y a su libre albedrío por cinco días, en los cuales ocurrían las más terribles violaciones a los derechos fundamentales de la persona; luego de esto los mismos súbditos reclamaban a un soberano y asegurando así el respeto por las leyes y una incondicional fidelidad a su Rey.

Entonces un conglomerado así de personas sí es un monstruo, el Leviatán entonces si queda reconocido y recreado como el personaje del Libro de Job, y no sólo de él se ocupo Hobbes, una de sus ultimas obras fue titulada Behemot, que es el otro monstruo del Libro de Job, y rescato aquí un aforismo de Nietzsche “quien con monstruos lucha cuídese de no convertirse a su vez en monstruo”# es decir ¿tan terrible puede llegar a ser la condición humana? No encuentro aquí una respuesta a esta pregunta, en todo caso es una pregunta abierta; que ha demostrado, demuestra y tal vez siga demostrando que es verdad la afirmación del estado irracional y pasional del Hombre. Sin atemorizar por eso los logros que se han venido llevando a cabo a partir del arte de la guerra, ya que la ciencia hoy avanza más en los temas bélicos o sus progresos han sido readaptaciones de lo que inicialmente tenía propósitos destructivos (me refiero al transporte, la síntesis de energía nuclear aplicada o otros fines no destructivos, los sistemas de comunicación, etc.)

En todo caso Hobbes se dio cuenta de ello mucho antes, y claro que su entorno favoreció de alguna manera a ver de esa forma al hombre, llegando de esta manera a ser interesante lo que él propone y tal vez dando luces acerca de esa tan lamentable e incomprensible racionalidad irracional.